Bloque 7
Fuente
1.
“(...)
DISPONGO:
Artí.
1o. Constituye figura de delito, castigado conforme
o las disposiciones de la presente Ley, el pertenecer a la masonería,
al comunismo y demás sociedades clandestinas a que se refieren los
artículos siguientes. El Gobierno podrá añadir o dichas
organizaciones las ramas o núcleos auxiliares que juzgue necesario y
aplicarles entonces las mismas disposiciones de esta Ley debidamente
adaptadas.
Art.
2o. Disueltas las indicadas organizaciones, que
quedan prohibidas y fuera de la Ley, sus bienes se declaran
confiscados y se entienden pues tos a disposición de la jurisdicción
de responsabilidades políticas.
Art.
3o.
Toda propaganda que exalte los principios o los pretendidos
beneficios de masonería o comunismo o siembre ideas disolventes
contra la Religión, la Patria y sus instituciones y contra la
armonía social, será castigada con la supresión de los periódicos
o entidades que la patrocinasen e incautación de sus bienes, y con
pena de reclusión mayor para el principal o principales culpables, y
de reclusión menor para los cooperadores”
Ley
de responsabilidades políticas de 1939
Fuente
2.
En
lo que respecta a la prensa, el franquismo triunfante comienza por
suprimir de manera tajante más de la mitad de los diarios y revistas
que antes de la guerra se publicaban en España. No sólo hace
desaparecer todos los periódicos obreros, republicanos o
revolucionarios, sino también los simplemente liberales...
Innecesario,
es decir, que ni uno solo de los que trabajaban en los numerosos
periódicos suprimidos por el franquismo recibe indemnización de
ningún tipo [ ... ] Los periodistas concretamente han de sufrir tres
tipos de graves sanciones: una depuración administrativa [ ... ];
unos juicios en los que no tienen posibilidades serias de defensa en
que han de comparecer y en los que son sentenciados a muerte un
cincuenta por ciento y la prohibición absoluta de ejercer su
profesión cuando logran la libertad
[ ...
]
Los
periódicos ofrecen tanto en sus informaciones como comentarios una
terrible y monótona uniformidad. Todos dicen lo mismo y en la misma
forma, de absoluta conformidad con las órdenes recibidas a las que
nadie tiene la valentía de faltar.
Guzmán,
Eduardo (1980)
Vicisitudes
y penalidades de la prensa española 1936- 79,
Tiempo de Historia,
n 66, p. 53-55.
No hay comentarios:
Publicar un comentario