jueves, 28 de mayo de 2015

Segle XX: Parella 1.


Bloque 5

Fuente 1.  
Proclama de Primo de Rivera Diario de Barcelona, 13 de septiembre de 1923.
ESPAÑOLES: Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos, amando la patria, no ven para ella otra solución que libertarla de los profesionales de la política, de los hombres que nos ofrecen un cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron en el 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de concupiscencias ha cogido en su malla, secuestrándola, hasta la voluntad real. Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los que dicen no dejar gobernar, aludiendo a los que han sido su único, aunque débil freno, y llevaron a las leyes y costumbres de la época ética sana, el tenue tinte de la moral y la equidad que aún tienen; pero en la realidad se avienen fáciles y contentos al turno y al reparto y entre ellos mismos designan la sucesión.
Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías mansas, que sin poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina que está recia y viril a la que nos lanzamos por España y por el rey.
Este movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón, sin perturbar los días buenos que para la patria preparamos.
ESPAÑOLES: ¡VIVA ESPAÑA Y VIVA EL REY!

Fuente 2.  
La historia política de la dictadura puede contarse rápidamente. El directorio militar se convierte en «civil» en 1925, designa en 1927 una Asamblea consultiva y proyecta en 1929 una Constitución: todo esto no cambia ni su esencia ni sus métodos. Pero ¿realizó algún trabajo en orden a los grandes problemas nacionales por resolver? Sólo resolvió la cuestión marroquí. Se mantuvo la alianza con Francia y, desde 1925, el Rif no volvió a agitarse.
Dos hombres, el conde de Guadalhorce y Calvo Sotelo, anunciaron importan­tes proyectos económicos. Se les reprochó el aumento de la deuda [ ... ]. Pero el Estado provee de fondos ya a grandes empresas públicas Por lo menos una de ellas era de altos vuelos: las Confederaciones Sindicales Hidrográficas [...]
Las intenciones más teóricas (nacionalismo económico, economía dirigida) dieron aún menos resultado; no se observó el porcentaje de capitales y técnicos nacionales impuesto a las empresas; se cedió el monopolio de Teléfonos a los norteamericanos; las ventajas a los puertos andaluces y la descon­centración geográfica de las industrias no originaron ningún cambio en la estruc­tura española, y disgustaron a catalanes y vascos [...]
El programa social a la moda italiana anunció el fin de la lucha de clases: Comités Paritarios obligatorios, contacto con Largo Caballero y Prieto y leyes del trabajo nocturno de las mujeres. Pero los obreros notaron que los salarios no seguían la curva de una prosperidad patronal ostentosa, y que la huelga había sido prohibida.
El problema regional no fue tratado por grandes medios, sino con cominerías. En Cataluña se destruyó la  Mancomunidad de 1913 y su obra. La alianza con las clases dirigentes catalana y vasca se perdió rápidamente. Pero como su pa­triotismo regional ya se había vuelto sospechoso, los «nacionalismos» fueron ali­mentados ahora por la oposición democrática.
Vilar, Pierre (1978) Historia de España, Barcelona, Crítica, p.120

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