Alfonso Castelao: "A derradeira lección do maestro" |
Primero. Que la Iglesia, a
pesar de su espíritu de paz y de no haber querido la guerra ni haber colaborado
con ella, no podía ser indiferente en la lucha: se lo impedía su doctrina y su
espíritu, el sentido de conservación y la doctrina de Rusia (…)
Cuarta. Hoy por hoy no hay
en España más esperanza para reconquistar la justicia y la paz, y los bienes
que de ellas derivan, que el triunfo del movimiento nacional. Tal vez hoy menos
que en los comienzos de la guerra porque el bando contrario, a pesar de todos
los esfuerzos de sus hombres de gobierno, no ofrece garantías de estabilidad
política y social"
Carta colectiva del episcopado español , 1 de julio de 1937
De los dictadores
que intervinieron en España, el más firme y resuelto fue Mussolini. El interés
del gobierno italiano en la guerra española estuvo motivado en parte por
razones políticas, pero ante todo por razones estratégicas -la ambición del
fascismo italiano de crear un “mare nostrum” en el Mediterráneo‑ [ ... ]
La política de Hitler
fue más mesurada y también más cínica. Ciertamente deseaba evitar la victoria
de un régimen izquierdista en España, y envió ayuda importante a los nacionales
‑sobre todo la Legión
Condor‑, pero el aspecto más importante de la guerra española
para Hitler fue su utilidad como factor de diversión. El conflicto de España
alejaba la atención internacional de la Europa central, donde Hítler estaba
embarcado en un proceso de rearme extenso y rápido.
Dos factores
parecen haber impulsado a Stalin a intervenir en España: uno de ellos fue la
situación geoestratégica del país que no quería abandonar a las potencias
fascistas, y de otro, el hecho de que la revolución colectivista en la zona
republicana había dado origen a la única revolución social ocurrida fuera de la
URSS
Payne, Stanley (1996): «La dimensión internacional de la Guerra Civil», ABC,
18‑7‑96, p. 58‑59.